LA DIESTRA DEL PODER ES EL SINIESTRO DE LA ÉTICA COMUNICATIVA


Por: Erika Calanche Ramos

La diestra del poder trae consigo el siniestro de la ética profesional de muchos comunicadores sociales. En tanto, cuando se hace mención de la perspicacia del poder y más aún de la influencia que tiene ésta sobre los medios de comunicación para las masas, se está hablando de lo que coloquialmente los profesionales del medio conocen como palangre, y ¿qué es palangrismo? Para los expertos en la materia, no es más que un zorro viejo negociando con la pluma de un periodista, o lo que es igual un periodista negociando su ética profesional con un zorro viejo.

En consecuencia, el resultado de ese trueque es una nefasta subjetividad que desfavorece la certeza en la información, y no se dice veraz, puesto que la veracidad es relativa, sólo la determina el perceptor según su condición humana, intelectual y correlativa, percatándose de cuando está siendo seducido o manipulado por mensajes tergiversados. Sin embargo, existe una razón por la cual ha sido difícil mejorar los sistemas de comunicación política, ya que ésta depende en gran parte de las elites, quienes no tienen una concepción adecuada respecto a la necesidad imperante ante los cambios. Por lo tanto, si las elites no tienen formación no pueden transmitirla al pueblo. Y si no existe la voluntad de instaurar cambios, entonces no habrá un futuro próspero en este aspecto.

Y se hace referencia de elites, porque es este grupo el que domina o impera sobre las masas sociales, ya que son estas las que manejan económicamente los diversos sistemas de producción y desarrollo de la sociedad, de modo que, es preciso mencionar que los dueños de los diversos medios de comunicación social o lo que se ha denominado las empresas de información, siendo personas jurídicas con suficiente poder literalmente para ofertar a la sociedad en general (baja, media y alta) lo que en su política editorial le resulte conveniente; quienes igualmente lideran el tan discutido punto del Cuarto Poder.

Asimismo, los comunicadores sociales o periodistas no son más que hormigas de la información, ya que en su labor investigan, procesan y la reina decide si este platillo será consumido o no por las masas. Es decir, el profesional está condicionado a esa política editorial que se mencionó en el párrafo anterior, por lo que su objetividad y ética es puesta entre la espada y la pared. En este sentido, no es adecuado hablar de objetividad en el comunicador sino de ética, pues está en su esencia como ser humano integral y en su conciencia vender o no su pluma a estos zorros que luchan estratégicamente por el poder político. Y es que el poder político no debe ser en su naturaleza negativo, pero quienes dirigieron éste poder transformaron y desacreditaron el significado e incluso el significante de la política y el poder mismo.

Por ende, los cambios estructurales que se están gestando en todas las sociedades implican ineludiblemente esta necesaria redefinición del modelo económico y político (Socialismo vs. Capitalismo), debido a la consecuencia que tienen sobre las esferas colectivas y muy directamente sobre las relaciones del poder. En tanto, la dimensión de la política es todo aquello competente a los modos de convivencia, a las vivencias en conjunto de seres humanos y de instituciones. Aunado a lo expuesto, la democracia está plenamente asociada con la comunicación, de hecho sustenta y propicia la vivencia democrática, se puede decir entonces que Venezuela se rige bajo doctrinas ideológicas libres, tanto que se ha pecado en el libertinaje.

Conformemente, al existir en la comunicación la posibilidad de concretar acuerdos a través de debates sustentados en los principios humanos y morales que beneficien la sociedad e igualmente esparcir entre la sociedad civil estos acuerdos, la democracia se convierte en un sistema que permite la pluralidad de opiniones y la posibilidad de discutir sin ofensas ni represiones lo que puede ser bueno para TODOS y no para un grupo minoritario de la sociedad, que por demás gritan sin fundamento ideológico que Venezuela es gobernada bajo doctrinas dictatoriales, lo peor es que ese grito ofensivo se difunda en poca escala y sin la voz o el voto de la mayoría.

Por otra parte, ha sido un dilema que las empresas de la comunicación, promuevan discursos absurdos en contra de la Ley de Responsabilidad Social, ya que ésta resguarda los intereses del consumidor y la cultura autóctona del país. Además, es una manera legal y estimable de controlar tanta violencia y pornografía que se vende a cualquier hora, ¿es ésta cultura indigna la que se desea dejar de herencia a las generaciones próximas? Al mismo tiempo, los medios representan un enlace donde convergen tanto la sociedad civil como el poder político. También, manifiestan para ambas vertientes y alimentan con esta las amplias nociones de convivencia política de la nación o el pueblo mismo.

En conclusión, los medios según las concepciones teóricas son un sistema depurador y mediador que construye matrices de opinión que no son una copia fiel de lo que ocurre en las sociedades. Así, las sociedades producen sus insumos y los medios los reelaboran, inclusos con intereses provenientes de los mismos sectores sociales. Es por ello, que los medios y sus comunicadores jamás serán objetivos, a no ser que la objetividad sea una categoría que sirva a los intereses de un sector social.

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